Coincidiendo Semana Santa y Sant Jordi, me encontré que a cada pueblo que iba y a cada paso que daba, se mezclaba la devoción y el misticismo de la Pasión de Semana Santa con el romanticismo de Sant Jordi, regalar la rosa más bonita a su Princesa, para recibir el Principe el libro esperado de su amada.
Una experiencia llena de variopintas sensaciones que no deja indiferente a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario